116. Lluvia: no te detengas

Caleb deja escapar un gruñido de aprobación antes de que su boca vuelva a mi pecho. Sus labios están calientes sobre mi piel mientras me llena de besos por todo el pecho.

—Eres tan dulce, tan encantadora. Voy a ser cuidadoso —promete—. Muy, muy cuidadoso.

Odio que piense que soy algo frágil que ti...

Login and Continue Reading