Capítulo noventa y dos

Dario

—¡Jefe! ¡Date prisa y sácalo de aquí! ¡Descubre qué está pasando!—gime mientras su espalda le zumbaba de dolor al ser arrojado unos metros lejos de la explosión que surgió de la nada. Estaba furioso, furioso de que alguien se atreviera a atacarlo de esa manera. Quien demonios fueran, iban a...

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