Capítulo 7

Mi vida me está sirviendo limones—sin azúcar.

Xavier. Rodeado de mujeres hermosas. Toda la noche.

—Bueno—Wyatt, tan despistado como siempre, seguía hablando—. Sabía quién era yo. Sabía que yo era tu jefe—dijo, ajustándose las gafas—. Probablemente le hablaste de mí, ¿verdad? Pues, lo curioso es qu...

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