57. ¡Maldito imbécil!

DÍA TRES

Frío.

Siento frío, pesado y entumecido.

Mis ojos se abren y miran el documental de ballenas jugando en la televisión.

El dolor pulsa en mi cráneo como balas mientras mis huesos se sienten rígidos y helados, en una posición incómoda.

¡Qué demonios!

Mi cuello está torcido de maner...

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