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El sol se filtraba perezosamente en la villa a través de las ventanas abiertas de par en par, bañando los pisos de mármol y los elegantes pasillos en oro. Afuera, el jardín susurraba con una brisa suave, pero dentro de la casa, todo se sentía tranquilo, íntimo, acogedor.

Yalda se estiró bajo las sá...

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