135

El momento en que la puerta de la suite se cerró detrás de ellos, Yalda se soltó del suave agarre de Ioannis y se dirigió furiosa hacia las ventanas de piso a techo. Su reflejo brillaba tenuemente en el vidrio, era un fantasma de sí misma. Su pecho se agitaba mientras el dolor se retorcía y florecía...

Inicia sesión y continúa leyendo