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La mañana siguiente amaneció brillante y clara, el tipo de día que prometía nuevos comienzos. Yalda despertó con el sol filtrándose suavemente a través de las cortinas de la villa, sus músculos aún tiernos por el apasionado abrazo de la noche anterior con Ioannis.

Se estiró lánguidamente, una lenta...

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