¡Promoción!

El sonido agudo de la cerradura reverberó en el espeso silencio de la oficina. Yaren se giró para enfrentar al profesor una vez más; él estaba recostado en su asiento, mirándola con esos ojos oscuros que la hacían querer derretirse en el lugar donde estaba. Su corazón latía frenéticamente contra su ...

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