SESENTA Y SIETE

Yalda ni siquiera había intentado dormir al regresar a su apartamento, sabía muy bien que su ansiedad no le permitiría cerrar los ojos ni un segundo. Decidiendo que no podía seguir posponiendo responder los mensajes de Riley, decidió llamar en su lugar.

Había cometido la tontería de desahogarse y c...

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