Katrina

En cuanto Luka y Samael se retiran a su habitación, Beckett se abalanza sobre mí, arrancándome las bragas, dándome una palmada en el trasero desnudo, plantando su boca entre mis muslos y lamiendo mi coño. Una, dos, tres veces, hasta que soy un desastre empapado, jadeando de necesidad, gruñendo cuand...

Inicia sesión y continúa leyendo