Capítulo ciento cuarenta y dos

—Recuerda, deja que él golpee primero —instruyó Leo mientras Gen intentaba mantener su respiración estable, una tarea mucho más fácil de decir que de hacer—. Deja que gaste toda su energía y…

—¿Moverme? —preguntó ella. Él asintió, con el rostro grave.

Observó a Alessio caminar por el almacén, asegu...

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