Capítulo treinta y ocho

Matteo la soltó, haciendo que ella se tambaleara con el peso de sus palabras. Lo observó caminar hacia O’Brien y extenderle la mano. O’Brien sonrió y habló con Matteo, mientras sus ojos no dejaban de aventurarse hacia ella. El sonido del ascensor la distrajo. Miró hacia atrás y vio a los otros cuatr...

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