Capítulo cuarenta y nueve

Matteo salió del edificio de oficinas sosteniendo dos tazas de café. Caminó hacia uno de los bancos junto a la fuente en el patio. Se sentó al lado del hombre que leía el New York Times y sorbió de su café negro.

—Hay unos hombres cuestionables en el vestíbulo —observó Matteo.

El papel crujió mien...

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