Capítulo ochenta y siete

La imagen de chico bueno de Paul se rompió, mostrando al hombre sádico que intentaba ocultar.

—Juraste, juré, se dijo y se ignoró mucho, ¿no crees? —preguntó Paul, estrechando la mano de Matteo con un apretón destinado a intimidar.

—Estos son mis asociados, Leo y Stephen —dijo Matteo, asintiendo c...

Inicia sesión y continúa leyendo