Capítulo noventa y uno

Genevieve se mantuvo en silencio mientras Matteo conducía. Ya no era imprudente. Se detenía cuando el semáforo se ponía en rojo, usaba las direccionales, asentía a un coche patrulla que pasaba. La ira seguía ahí. Ella podía verla en la forma en que él agarraba el volante y cerraba los ojos en los se...

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