Que comiencen los juegos de rehenes

Enzo

La puerta del dormitorio se cerró con un clic detrás de él.

Se quedó allí un momento—el corazón aún palpitando, el sabor de ella todavía en sus labios.

¿Qué demonios acabo de hacer?

¿Y por qué siento que lo haría de nuevo?

Nico. Marco. Dom.

Sus hombres de confianza. Hermanos...

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