Ambos. Nunca ninguno.

Enzo

Debería haber arrancado la puerta de sus bisagras.

Eso le decían todos sus instintos cuando entró y vio a Nico estirado en su cama con Lola acurrucada contra él. Su Lola.

Su mejilla presionada contra el pecho de Nico, los dedos enroscados en su camisa, la manta subida hasta sus hombros. ...

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