Ella no se escaparía

Rafael

Ella llegó a tiempo.

Eso solo ya divertía a Rafael. Ayer había llegado tarde, con un café en la mano y una sonrisa de suficiencia como si fuera la dueña del lugar. Él lo había dejado pasar—apenas—haciéndola sudar en el tapete hasta que sus músculos temblaron y su orgullo ardió más que s...

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