Lo pondré en escena

Enzo

La sala de guerra funcionaba como el cuerpo de una máquina—pantallas susurrando, luz tenue filtrada por el sol de la tarde. El zumbido de los servidores se mezclaba con el leve tintineo de la cuchara de Dottie contra su taza. Nada en el espacio era bonito. Era práctico: acero, vidrio templ...

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