Era una promesa

Lola

Se sentó en su regazo por un largo momento después del beso.

Solo respirando.

Sus dedos aún descansaban ligeramente en su muslo, y ese nuevo anillo en su mano se sentía como si pesara diez libras.

Trazó los bordes del anillo, sus labios aún hormigueando, su corazón latiendo en algún lugar de s...

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