Tendrás que preguntarle a Enzo

Lola

El vapor se aferraba a su piel como una segunda capa resbaladiza.

Su cuerpo aún latía—muslos débiles, corazón irregular, pulmones rehusándose a asentarse en algo que no sonara como un suspiro de sueño erótico. Cada terminación nerviosa brillaba con un éxtasis residual, como si Enzo hubiera ...

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