Mudanza ilegal

Enzo

Nico tropezó debajo de ella, medio ahogándose, medio riendo, hasta que se cayó de lado y los dos se sumergieron en un enredo de extremidades.

Enzo no pudo evitarlo. Sus labios se curvaron. Su pecho se relajó. Por un segundo perfecto, se permitió simplemente verla ganar.

Dom salió a la sup...

Inicia sesión y continúa leyendo