Sin promesas

Lola

—¡Maldita sea, Lo!—ladró Dom, lanzándose hacia adelante mientras las dos mujeres chocaban contra la pared de atrás.

Nico se movió más rápido, rodeando la cintura de Lola con los brazos, levantándola en el aire mientras ella pateaba y gruñía como un gato salvaje.

—¡Bájame!—gritó, sus uñas...

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