Un día precioso.

Juntos, salimos de la mansión hacia el campo abierto. La luz del sol se derramaba en oro inclinado sobre los pavimentos, las sombras alargándose largas y perezosas. El olor del césped recién cortado, verde y afilado, flotaba en el aire. El sabor metálico del pavimento caliente lo seguía de cerca.

E...

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