Mi corazón, mi alma.

Me puse de pie, mi pecho se expandía.

—Vamos, Spades —insté. No iba a hacer esto solo.

—No. Solo tú, Ace. Spades esperará —la voz de papá cortó como una espada.

Estaba listo para mandarlo al diablo cuando Spades habló suavemente.

—Ve. Estaré aquí. Esperaré. No voy a ninguna parte.

Lee comenzó s...

Inicia sesión y continúa leyendo