CAPÍTULO 44

CAPÍTULO 44

El sonido de mi mano resonó en el área de recepción. La gente nos miraba fijamente. Mi mano me duele por la bofetada que acabo de dar.

—Puedes hablarme menos, pero no te atrevas a faltarle el respeto a mi mamá, quien te dio educación y las bolsas que querías —respondí.

—¿Quién le dijo...

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