Capítulo 29 Una dote guardada para ella

Annie tenía miedo de que Fiona se preocupara, así que rápidamente la consoló:

—Solo estás perdiendo peso para tu boda.

Fiona frunció el ceño y le dio una lección:

—Ya estás tan delgada como un palo. ¿Por qué perder más peso? Escúchame; debes comer tres platos de arroz en cada comida a partir de a...

Inicia sesión y continúa leyendo