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ARIA

Tan brillante.

Me estremecí, rodando sobre mi estómago. Me tomó un momento darme cuenta de que estaba en la cama de Sandro, y la luz cegadora era el sol entrando por la ventana sin cortinas.

Mis ojos permanecieron cerrados, solo porque estaba tan cómoda y no tenía ganas de moverme. Eché un vist...

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