¡¿Dónde está Clara?!

—Espera.

Un pensamiento repentino y feo atravesó mi pecho como hielo.

Clara.

Me senté tan rápido que el teléfono se deslizó de mi regazo y golpeó la alfombra con un ruido sordo. —¿Dónde diablos está ella?— susurré al principio, luego más fuerte, mi propia voz rebotando en las paredes. Mi corazón com...

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