**Estoy agotado

¿Quién demonios era este hombre?

¿Este monstruo que podía destrozarme con sus dientes un momento y sostener mi rostro como si fuera algo precioso al siguiente?

Nuestras caderas se movieron.

Por un latido crudo y peligroso, nuestros cuerpos se frotaron, una fricción tan eléctrica que me dejó sin alie...

Inicia sesión y continúa leyendo