Mañana poderosa

La ligereza se quiebra. La repulsión se enrosca en mí—hacia él, hacia las chicas pegadas a él como anuncios de perfume echados a perder, hacia la inclinación engreída de su boca. Me odio por odiarlas también. No me deben nada. Ni siquiera me conocen. Solo son... parte de la máquina que convierte a l...

Inicia sesión y continúa leyendo