Parte treinta y dos

Llevé a Sierra de vuelta a Nueva York, necesitaba tiempo y se lo di. Era joven y tenía toda su vida por delante. No me había rechazado abiertamente de nuevo, pero tampoco aceptó el vínculo. Kane estaba inquieto y me dijo que era un idiota por dejarla ir.

Sentía el vínculo, completamente. Extrañaba ...

Inicia sesión y continúa leyendo