Capítulo 155

—¡Por favor, no me hagas daño, sabes que tengo buenas intenciones! ¡Mataste a mi hijo, pero estoy aquí!— Me levanté, cerrando la distancia entre nosotros, irradiando poder y dominio, y presioné mi pistola contra su frente.

—Entonces empieza a hablar o te volaré los sesos— siseé, golpeando el costad...

Inicia sesión y continúa leyendo