19. A quién te atreves.

La cena estaba servida, ya había pasado la hora en la que él solía comer, sin embargo, aún no había regresado a casa. Podía comer sin ser cuestionada, pero simplemente no quería.

Bueno, la verdad era que cenar con él en la misma mesa era la única oportunidad que tenía para robarle miradas. Sí, me o...

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