Capítulo adicional 4

Mi respiración se entrecorta.

—¿Es él? —repite papá, su voz baja y uniforme, pero la agudeza en ella hace que mi estómago se retuerza—. ¿Es él tu compañero predestinado?

Miro a Stephen, luego a todos en la habitación. Todos me miran. Nos miran. Mi boca se siente seca.

Doy un medio paso adelante, ...

Inicia sesión y continúa leyendo