Capítulo 32

La tensión en el coche comenzó a disiparse lentamente mientras nos alejábamos de la escena caótica detrás de nosotros. La lluvia seguía golpeando las ventanas, sirviendo como un recordatorio constante del peligroso mundo del que acabábamos de escapar. La conducción de Raphael era cautelosa y, de alg...

Inicia sesión y continúa leyendo