Capítulo 43

Mientras el opresivo silencio de la habitación continuaba pesando sobre mí, observé cómo Sarah y la niña intercambiaban una mirada cómplice. Su siniestra conexión se hacía cada vez más evidente, y no podía evitar preguntarme cómo habían orquestado esta retorcida reunión.

La niña, aún sentada en su ...

Inicia sesión y continúa leyendo