Capítulo 47

—¡Cómo te atreves! —exclamó ella, su voz temblando de indignación. Su reacción fue visceral, como si la revelación de Rafael hubiera tocado un nervio.

Tomé su exclamación como mi señal para irme, sin querer ser una fuente adicional de discordia en esta ya tumultuosa reunión. Empujando mi silla haci...

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