Capítulo 26: Rendirse

Con una mano comienza a desarmar mi moño hasta que mi cabello cae en suaves ondas, se detiene a mirarme por un momento, sus labios están entreabiertos, sonrojados por nuestro beso.

—Sí... hermosa —susurra y me besa de nuevo.

Dios sí, solo sexo, no puedo negarme. Me estaría engañando si pensara que...

Inicia sesión y continúa leyendo