Capítulo 35: Daños colaterales

Me gustaría decir que mis días mejoraron, pero no fue así. Mi trabajo se volvió cada vez más tortuoso, gracias a Kate.

—¿Qué demonios es esto, Priscilla? ¡Quiero decir... usa tu maldita cabeza! —dijo Kate, señalando mi informe.

—¿De qué estás hablando? —pregunté.

—¡Esto es un desastre! Las fotos,...

Inicia sesión y continúa leyendo