Capítulo 4

Dominique

—¿Qué tan lejos está tu casa? —pregunté.

Archer sonrió, y esa sonrisa rozó mi clítoris como una caricia real... o tal vez como una pasada de su lengua, una que estaba esperando con ansias.

—A la vuelta de la esquina. ¿Y la tuya?

—Tu casa —ordené, sin molestarme en responder.

Sí, orden...

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