Capítulo 22: el hijo filial

—Llama a Samantha, esa pobre chica, y discúlpate con ella ahora mismo —dice, y cuelga de inmediato.

Y es entonces cuando me doy cuenta de que no siempre puedo poner una sonrisa en el rostro de mi madre.

No, porque mi opinión y decisión importan aún más.

No hay manera de que llame a Samantha para ...

Inicia sesión y continúa leyendo