Capítulo dieciséis

Athena

—¿Roma?— Mis ojos se abren de par en par cuando él menciona el destino. Alex frunce el ceño, pero rápidamente lo cubre con una sonrisa que termina siendo una mueca. Inhalo todo lo que puedo, evitando estallar de ira. Oh, espera, ¿debería estar enojada o debería estar feliz?

Se rasca la nuca...

Inicia sesión y continúa leyendo