Capítulo veinte

Athena

Recogiendo mi bufanda de mi regazo, rápidamente la envuelvo alrededor de mi cuello una vez más—no dejando que Alex siga mirando. Una vez que termino, lo miro y lo encuentro sonriendo con suficiencia y sacudiendo la cabeza sin darse cuenta.

Frunzo el ceño—¿Qué es tan gracioso?—le pregunto. M...

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