Capítulo treinta y dos

—Jaque mate— digo y la mandíbula de Alex cae al suelo, haciéndome soltar una carcajada. Él me mira y se frota las sienes ligeramente, mostrando lo frustrado que está por perder el juego —En serio, deberías rendirte porque he ganado como... cinco veces.

Suspira, observando mis rasgos antes de sacar ...

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