Capítulo treinta y cuatro

—Mamá, antes de que digas algo— la interrumpo, deteniéndola de avanzar. Ella mira hacia abajo, observando a Alex dormido, antes de volver a mirarme —Hablaremos afuera porque él acaba de regresar de Singapur ayer y no creo que sea necesario hacer tanto alboroto.

Ella frunce el ceño en desacuerdo ant...

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