Capítulo treinta y nueve

Athena

Alex levanta una ceja mientras me escondo detrás de él, agarrándome de sus hombros—manteniendo la cabeza baja. Murmuro maldiciones entre dientes, ¿qué demonios está haciendo aquí? Quiero decir, ¿por qué ahora? Mi mente siente que va a explotar y no soy yo quien debe soportar el maldito dolor...

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