Capítulo cuarenta y cinco

Una sonrisa aparece en su rostro mientras mira de nuevo la vista frente a nosotros.

—¿De verdad? —dice, golpeando suavemente su brazo con mi hombro, haciéndome sonreír y empujarlo lentamente.

Luego ambos terminamos mirando el cielo—simplemente sonriendo ante la vista. Está sonriendo de verdad, pen...

Inicia sesión y continúa leyendo