Capítulo cincuenta y uno

No sé ni a dónde me dirijo ahora mismo—ni siquiera sé lo que estoy pensando. Mi corazón sigue doliendo; de alguna manera me suplica que deje de caminar y vuelva hacia él. Pero, ¿por qué debería hacerlo? ¿No debería él?

Siento que alguien me tira del brazo y, tan pronto como me doy la vuelta, Alex m...

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