Capítulo 29

—¡Esme, ¿no crees que es un poco exagerado?! —replicó Joseph.

Esme solo sonrió.

—Una apuesta tiene que ser emocionante para ser divertida —dijo, sacudiendo su muñeca y mirando a Joseph con una expresión inocente.

Joseph frunció el ceño, su mano lentamente se cerraba en un puño.

No trataba mucho ...

Inicia sesión y continúa leyendo